lunes, 6 de octubre de 2008

Solo Te Puedo Decir...



Por querer recibir mis sonrisas, y mi quietud. Por tu hospitalidad extrema, por tu sinceridad, la comodidad del silencio cuando callamos, y la armonía de tus palabras cuando dejas que te escuche. Por saber ser, estar y parecer. Por querer. Y por ser como eres. Por estar ahí, y que ahí sea un lugar al que volver cuando desee. Sin condiciones, escondites, sin trabas, relojes ni misterios. Gracias por ir de frente, por valer la pena, si es que la pena que ahora hay en ti, no desaparece con la misma rapidez que apareció. Gracias por unos días donde tu generosidad, tu calidez humana y tu valía me demuestran de nuevo, que no estaba equivocado, que el ser humano es bueno, y que siempre hay un motivo para sonreír desde el corazón.

Nos vemos...

2 comentarios:

  1. Me parece mentira leerte. El caso es que estoy orgullosa de que aparecieras tú, al final de ti mismo.

    (K)

    ResponderEliminar
  2. Curioso, cuando hago la siesta o lo intento, ufff escribo textos completos como tochos,( en mi mente, claro ) pero cuando me siento aquí delante, solo recuerdo la mitad y el final. Jamás recuerdo como empiezo.

    Mi perro es fumador pasivo, eso lo sé - pobrete mío- Y me acompaña eternamente durmiendo a mi lado, a la altura de mis ojos y a la distancia de medio brazo, sobre una estantería que ha declarado de su propiedad.

    Como no sé por donde empezar, lo miro, a ratos a él a ratos esta página …

    He estado pensando en ti, me he permitido el lujo de hacerlo y eso no es buena señal, pero como ya tengo experiencia en quitarte del medio y sé como se hace y ya no es como antes ( No ando abducida ni nada de eso ) Pues aquí estoy, pensando en usted.

    Te vomité, a ti te expulsé por la boca, lo tengo claro.

    Le he dado mil vueltas a eso del amor que tan atormentada me tenía; Yo como todo el mundo sigo sin saber definirlo ni explicar como es. Creo que no se han invitado las palabras exactas que definan ese sentimiento.

    Reconozco eso si, que a mi me dejó más abobada de lo que estaba, con más dudas e incluso más desorientada que cuando no sabía lo que era. No sé si me gustó o no, si me hizo feliz o no, sé que no me gustaría repetir la experiencia y a poco que me esfuerce ya no me pasará.

    Puedo medio explicar como me sentía y no estoy segura si me haré entender.

    Como me sentí, cuando te expulsé de mi. ( por la boca, insisto )

    ( Creo que no sabré hacerlo )

    Las 24 horas estaban dedicadas a ti, integras. Reía sin ton ni son, lloraba igualmente, corría, no! Volaba subiendo las escaleras hacia el ático con el corazón bombeando a toda hostia y a cualquier hora del día con las emociones a flor de piel. Alegre, triste, excitada, pensativa … Tú siempre y eternamente tú! Consciente de que el sentimiento no era recíproco, aceptado ( Supongo que aceptado mientras me lo permitiste ) Sin esperar nada, solo las satisfacciones que yo misma me provocaba con esta situación. Eran muchas.

    Reconozco que todo fue cosa mía, unilateral total y consciente de ello, por eso quizás la reacción última mía fue extra exagerada al mil por millón.

    Cuando recibí el último mensaje tuyo, cuando me dijiste que era cierto, que me evitabas, que habías decidido alejarte de mi, cuando leí ese principio de verdad en los primeros renglones, me pasó algo tremendamente surrealista para mi.

    Un par de renglones y casi ni veía, lloraba pero con hipo y gemidos ( Que no podía controlar y quería hacerlo ) Me temblaba todo el cuerpo ( me pasa siempre que mis emociones me sobrepasan el ánimo ) Casi no veía pero lo peor estaba por llegar, empecé a vomitar de manera incontrolada. Dejé un rastro de vómito desde mi estudio hasta el baño y no podía ni parar de llorar ni de vomitar y pensaba que me ahogaba que me moría si o si. El caso es que, que yo recuerde ni siquiera recordaba ya lo que había leído ni pensaba en ti. Lloraba y vomitaba de manera incontenible.

    Evidentemente parece exagerado y reconozco que lo fue, no pude seguir leyendo el mail, intenté calmarme hasta que lo conseguí medianamente. Bajé las escaleras como pude, entre arcadas y salí a la calle, vomité nada más pisarla y seguía sin ver bien a bien porque parecía las cataratas del Niágara. Me subí al coche cerré al puerta y volví abrirla para vomitar, cuando pude arranqué y me fui sin rumbo, sin rumbo me llevó a playa , delante del antiguo colegio de mi hijo. Quería alejarme de mi casa, no podía permitir que me vieran así, pero también quería terminar de leer el correo. Lloré a moco tendido, seguí vomitando y cuando me controlé más o menos, llamé a mi amiga Inma.

    Cuando oí su voz empecé a llorar aún con más gana ( Yo no me podía controlar ) Asusté a Inma, no lograba articular palabra y lloraba y gemía como una estúpida histérica. Ella pensó que había pasado una desgracia en mi familia, ahora lo recuerdo y recuerdo su voz su susto preguntándome su impotencia … No me perdonaré jamás el susto que le di.

    No sé cuanto tiempo estuve allí ni cuanto hablé con ella ni como logré calmarme. Regresé a casa. Antes de entrar con la llave en la puerta, volví a vomitar en al calle ( patético ) Estaba mareada y vomitaba, pero ya no lloraba.

    Entré a casa, subí al ático, limpié como pude el rastro que había dejado, bajé y me duché , me tomé un miolastan y me fui a la cama. No preparé comida para el almuerzo, ni me acordé. Y yo en la cama.
    Cuando volví de entre los zombis del miolastan, volví a recaer, pero ya con testigo: TODA mi familia al peso viendo como me deshidrataba. Virus!!! Cuando les convencí de que no era un virus que no me dolía nada y logré quitarles de la cabeza que me llevaran al médico, cuando pude terminé de leer .

    Antes de terminar de leerlo, solo sentía vergüenza, una vergüenza que sigo sintiendo. Mi cabeza repetía lo mismo siempre entre arcada y arcada: Me evitaba!! Se escondía de mi y me moría de vergüenza.

    Cuando terminé de leer , decidí lo que decidí y ya sabes y no redundo más es mi estúpida reacción, ni repito los síntomas que tuve. Basta decir que se repitió el cuadro, ya con la familia en casa y que al final me llevaron a urgencias ( Aún más avergonzada me sentía ) No tenía virus e hicieron a los pobres y a mi una encuesta flipante. Diagnostico: Depresión.

    Estuve así un par de meses, sin levantar cabeza, tocaba empezar a trabajar pero no pude hacerlo, no comía, no dormía sino me chutaba algo.

    Te saqué de mi por la boca, te vomité y hasta que no te expulsé del todo no volví a ser persona.

    No era desamor, era vergüenza un ataque de vergüenza en toda regla.

    Yo te esperé hasta el 10 de octubre que me habías dicho, por eso te escribí. Intuía lo que pasaba pero, a mi me pasaba una cosa curiosa con usted; Creía a pie juntilla en su franqueza, su valor su determinación y me había inventado que eras un hombre que no eras. Creí a pesar de intuir lo que pasaba, creí ciegamente que me lo dirías, algo así como: Quiero terminar con esto, así que me voy. ( supongo que con matices ) Pero creí que lo dirías. Lo juro por lo más sagrado que son mis hijos que pensé que eras capaz de decírmelo y no hacer lo que hiciste, que era más propio de mi.

    El tiempo que estuve vomitándote fue el que empleé para bajarte del pedestal en que te tenía. Te puse yo solita ya sé que no tienes nada que ver con eso, como con casi nada de lo que a mi me pasó por ese tiempo. Yo lo cogí, yo lo guisé yo lo pelé y yo me lo comí solita. Te admiraba, te idolatraba, todo lo tuyo me fascinaba, lo que decías como lo decías, tu voz, tu cuerpo, en fin, TODO tú.

    Era un invento mío, inventé lo que deseaba para mi y te inventé.

    Vergüenza y aún hoy sigo sintiéndola por casi todo aquello que viví y pasó.
    Porque te escondías de mi. Yo si lo hubiera sabido me hubiera ido sin más, pero no tuve la oportunidad de salir de aquello con un poquito de dignidad y te tenías que esconder. ( me sigue atormentando eso ahora igual que antes ) Porque luego empecé a atar cabos a pensar con lógica y a sumar correctamente. ( Pensaba eso y me daba aún más vergüenza ) y yo dando el coñazo. Sé que hubiera desaparecido si me lo hubieras dicho lo sé.

    He dejado lo peor para el final lo que más me dolió y lo que hizo que jamás se me pasara el ataque de vergüenza.

    Cuando leí que decías que te habías enamorado de mi, cuando leí eso, solo deseaba que se abriera la tierra y me tragara. Me dio rabia, sentí un dolor intenso, en la vida he sentido eso jamás nunca ni con la muerte de un familiar ni con nada de lo peor que yo recuerde.

    Te di pena. Me quería morir, entendí que intentabas dejar mi ego en paz, darme aunque sea esa satisfacción, pero fue peor, eso me mató.

    Acepto casi cualquier cosa menos DOS, dar lástima y que me devalúen. Te di lástima, lo último que hubiera querido darte.

    Hoy estoy reconciliada conmigo y en paz y contigo porque te he devuelto a ser quien eres. Una persona normal, con sus particularidades y ya.

    Te vomité y casi me dejo la salud en ello y para la familia un disgusto del copón, una madre medio pirada. Mi relación con el amor no fue buena pero ahora al menos sé que no es mentira cuando cuentan esas experiencias de novela o película. Conozco la parte que conozco, la mía, no más. Imagino que debe ser la hostia puta si es como debe ser, pero no lo sé ni lo sabré jamás y porque yo lo he decidido así. No me compensó en absoluto lo bueno del tema, es más, pensándolo fríamente, me asustaba el estado en que estaba. Me daba miedo tener mi cuerpo y mi mente descontrolado de esa manera, aunque fuera agradable sentirme como en una nube de placer y de martirio a la vez.

    Ya me he normalizado, salvo alguna vez que sin previo aviso y sin ton ni son me asalta una angustia extraña que me hace llorar sin saber por qué y me aprieta el pecho. Dura poco, ahora lo controlo a los pocos segundos y esto pasa cada vez menos. Supongo que serán miedos que no tienen nada que ver con la historia, pero que no sé por qué cuando me pasa, pienso en ti.

    Te habrán querido con locura muchas mujeres, se habrán enamorado e ti y te habrán deseado igual o quizás más que yo, pero de una cosa estoy segura nadie jamás te idealizó te admiró con la ceguera que lo hice yo.

    A veces pienso que si mis sentimientos los hubiera tenido una mujer con un atractivo intelectual, emocional y físico, tú serías el hombre más estúpidamente feliz del planeta.

    Soy de esas personas que pueden decir que casi se mueren, no por amor, sino por desamor, por la desintoxicación que sufrí. Hay que joderse!!

    Yo también te quiero ( por eso quería contártelo )

    ResponderEliminar