domingo, 15 de febrero de 2009

M




Hoy un espacio, negro y oscuro, como el pesar de todos nosotros, ocupa el triste lugar que otros días iluminaran las sonrisas de un hombre enamorado de una mujer, y no del amor. Esta noche, la siniestralidad fría y calculada de un asesinato pasional, ocupa el lugar más importante en el siguiente latido de mi corazón, encogido por la pena y la soledad del silencio de los que no volverán nunca más.

Esta noche, el silencio en las calles de Sevilla se hace denso, férreo, como aquel día, aquella otra mañana en la que todos fuimos madrileños. Es hoy, precisamente hoy, día de los Enamorados, cuando tu anterior compañero sentimental, si a esas edades vuestras, se reconoce y asume esa responsabilidad, cuando ese hombre, de manera desesperada confesó, derrumbado ante la culpa, que fue el quien te quitó la vida, quien perdió los estribos, te golpeó hasta hacerte callar, y después, se deshizo de tu cuerpo, ese cuerpo adolescente, perdido, y aun no encontrado, atolondrado por el año en que le toco vivir, las modas impuestas, los beneficios sociales de la popularidad, de los "malotes", de la relajación de las conductas, de las redes sociales, de la educación perdida. De tantas cosas que hubieras podido ver, pequeña, si ese despojo de persona, hubiese sido el hombre que tu pensabas que era, y no el monstruo que es.

Nadie te culpa de tu muerte, a pesar de que tu propio entorno ahora, acongojado por la triste noticia, parece sentirse culpable de no haber sabido, o no haber podido, o no haber sido precisamente eso, tu entorno. La adolescencia es, junto a la muerte, la etapa más difícil en la vida de una persona, pues es en la primera, cuando se forma interior y exteriormente, lo que uno será a partir de entonces. Y es en la segunda, cuando uno deja su obra, su vida, su impronta definitiva para siempre.

Ningún ser humano, lo es lo suficiente como para arrebatarle a otro su humanidad, su vida. Hoy ese temor que algunos sentíamos por dentro, vecinos, familiares, amigos, o perfectos desconocidos, ha aflorado al escuchar la confesión equivocada, en el día equivocado. Las palabras se apiñan en mis dedos, como el frío que me recorre cada vez que pienso en ti. A pesar de no saber aun donde estás, mi pensamiento te sigue, y lo hará, con tu recuerdo, cuando al pasear por estas calles, vuelva a cruzarme con aquellos grupos de muchachas que pasan de la veintena a la decena cuanto mas se acercan en la distancia, y que como tu, creyeron, engañadas por duques, grandes hermanos, coches caros, palabras dulces y actitudes chulescas, y ratings de fotos de cinco estrellas, que se puede jugar a ser mujer cuando aun no se es. Nada excusa ni exculpara al asesino confeso, no me malinterpretes. Tu único error, y a la vez virtud, fue comportarte como la adolescente que eres. Sobre "el", permíteme pequeña, que no me pronuncie. Aquí y ahora, solo pienso en ti. Y en el silencio inquebrantable que debe rodear a tu familia en estos días, y todos los que les sucedan. El respeto al sufrimiento ajeno debe estar por encima de la "solidaridad" o la empatia de las personas que solo sufren al saber de tu muerte y que no vivirán con ella el resto de sus vidas. Lo que mas deseo en este momento, es que nadie les moleste con muestras desconocidas de cordialidad, afecto, pésame, que todos sabemos que no necesitan.

Hoy ha sido un día intenso, cargado de errores y malas noticias, lleno de desilusiones vacías y de recuerdos inciertos. Hoy mi ilusión se desvaneció a media tarde, y mi creencia obstinada en el amor y las buenas personas, se difumina, inevitablemente, como la lluvia en el río, al caer la noche. Hoy no tengo nada más que decir, y aun menos que escuchar, pues nada hay que decir, ni siquiera cuando decir algo, lo es todo.

2 comentarios:

  1. Me acabo de enterar, gracias a tu blog de la noticia.....Gracias, estoy con el dolor de todos....

    Abrazos......

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  2. Bufff...es espantoso, todos los que creemos en el amor, nos sentimos desolados y derrotados en un día como hoy. Sevilla es muy especial y no se merece este tipo de noticias. Hay que cuidar a las mujeres! y a las que todavía son mujercitas...

    Ha sido lamentable. Un beso muy fuerte desde aqui.

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